Published On: junio 24, 2013

La Economía del Bien común (EBC) empieza a ser una realidad en nuestras tierras. Principales conclusiones del Primer Encuentro Comarcal para el Desarrollo organizado por el GRIDET y ADLYPSE

El pasado 20 junio 2013 se organizó en la sede de IDEA, Agencia de  Desarrollo Local de Alzira el primer Encuentro Comarcal para el  Desarrollo, bajo el lema: «La Economía del Bien Común como una  alternativa a valorar», organizado por el GRIDET (Grup d’Investigació en Desenvolupament Territorial de la UV)  y ADLYPSE Asociación de Técnicos en Gestión del Desarrollo Local de la Comunitat Valenciana.

Se  contó con la presencia de más 25 personas, provenientes del mundo   financiero, profesionales del desarrollo local, políticos locales, estudiantes e investigadores y empresarios.

Se trataba de conocer de cerca el modelo de la Economía del Bien Común.

La presentación estuvo  a cargo de  las economistas Ana Rosa  Moreno i Lina Morell, del Campo de Energía, Nodo de Empresas del Grupo de la EBC Valencia, quienes introdujeron la filosofía y principales conceptos y modo de aplicación de este modelo.

También se contó con la experiencia práctica de aplicación del Balance de EBC en una empresa del sector de la educación, el Colegio Palma (Paterna),  representada por su directora Dª Silvia Folch.

Como experiencia de Municipio del Bien Común  estuvieron presentes los responsables del ayuntamiento de Muro D’Alcoi, D. Rafael  Climent (Alcalde) y D. Manuel Moll (ADL).

La sesión discurrió con gran  interés por parte de los asistentes, hasta el punto de alargar casi  una hora más la sesión sobre el horario previsto.

 

La EBC se presentó como una práctica no del todo desconocida para  algunas empresas y  ayuntamientos que se distinguen por que llevan tiempo aplicando criterios de responsabilidad y ética en sus modelos de  gestión, pero cuya formulación forma y actual, la inició en 2010 Christian Felber (Sociólogo y economista Austriaco) quien ha dado una gran visibilidad y difusión mediática a estas ideas. Hasta el punto de que en 2012 ya se cuenta  en España con más de 100 empresas que están aplicando el Balance del Bien Común y miles de personas dispuestas a participar en un cambio social orientado hacia el Bien Común.

Se está trabajando en varios países europeos, incluida España en el desarrollo de unos indicadores para valorar y conseguir la aplicación y avances en este tipo de economía.

¿De qué trata la EBC? Se trata de un modelo de gestión económica en base a principios éticos  (solidaridad, democracia real y transparencia, dignidad humana, respeto a los derecho humanos…), experiencias y compromisos, con un carácter integrador (de lo económico, social y político) y por otro lado muy práctico.

Su  principal  finalidad es cambiar los principios de la competencia feroz por la colaboración, y el mero interés económico por  maximizar el bien común. Vemos además, cómo, si estudiamos los criterios que rigen a la economía en general, nos podemos encontrar con serias contradicciones y perjuicios para las personas, y esto parámetros no sirven para medir el grado de felicidad de una población y como ejemplo podemos encontrar ejemplos de países que pueden dar un PIB y una cuenta de resultados alto nivel económico, y sin embargo tratarse de una sociedad/empresa, que puede ser  injusta y poco ética para con  su gente.

Es modelo económico es aplicable a municipios y empresas de bienes y servicios.

De hecho, Silvia Folch, comentaba como su centro escolar, que tenía  certificados y reconocimientos de calidad y que en su ideario está el  anteponer la formación en valores sobre los conocimientos, vio en la   EBC (y su balance) un modelo y una herramienta para dar un paso más   en su modelo de escuela y de sociedad. Así, cuando empezó a pedir   información a sus proveedores de materiales, y a sus entidades  financieras y a sus clientes (alumnado, sus familias y sus propios  empleados), supuso un revulsivo en los mismos y muchas personas mostraron su interés por este modelo de economía.

Evidentemente se trata de un proceso, y  el hacer el balance de situación, ayuda a decidir nuevos pasos para  avanzar hacia una economía y una sociedad más respetuosa y sostenible.

Para Rafael Climent, que lleva desde 1999 como alcalde de Muro,  tenía claro desde el principio que la política y los políticos están  para servir a los ciudadanos y a su bienestar y equidad -no para  servirse de ellos- y eso lo han ido plasmando en el fomento del  asociacionismo, en una regulación de los impuestos locales, donde  todos paguen, pero pague más quien más tiene, mediante una mayor  incidencia en los impuestos directos (según  lo que cada uno tiene)  que en los indirectos (donde todos pagan igual por uso, aunque tengan diferente capacidad adquisitiva). Han bonificado a las empresas que  generan empleo, han aprobado la primera ordenanza constructiva donde se tiene en cuenta el uso de materiales ecológicos y apoyan los  «edificios vivos”, es decir, construir aquello que vaya a tener un buen uso para sus ciudadanos.

También buscan humanizar el pueblo y atender el máximo de peticiones de sus vecinos….

Con motivo de una visita de Christian Felber al municipio para  conocer la experiencia de micro viñas y de recuperación de su modelo tradicional y del propio paisaje hasta entonces no valorado,  y así  enterarse lo que hacía el  ayuntamiento, afirmó que, se estaba trabajando con parámetros que encajan dentro de la Economía del Bien Común,  lo que le sirvió para tener un gran efecto mediático. Sin embargo, el  ayuntamiento no aplica aún el Balance del Bien Común, como tal. Es un ejemplo  de cómo  la EBC no es algo nuevo, sino que está en los valores sociales  compartidos (y recogidos en las constituciones) pero que sólo algunas  empresas y administraciones llevan a la práctica. No se trata de perder rentabilidad económica, sino de que en que junto a la viabilidad empresarial se  cumpla además con una responsabilidad social y ambiental, se esté al servicio de las  personas.

En el coloquio se planteó el posible acercamiento de la banca ética  y cooperativa a este modelo, lo complicado que resulta lograr la participación  ciudadana efectiva y real, lo difícil de conseguir que un ayuntamiento se sume al enfoque responsable.

La Economía del Bien Común en España se está organizando en base a  Nodos territoriales, y campos de energía (de conocimiento, empresas y municipios) y  está dando los pasos necesarios para constituirse en una asociación a nivel estatal.

Nuestra  sociedad y economía necesita un cambio cultural que se base realmente  y no sólo en los discursos, en los valores de equidad, justicia, cooperación, solidaridad, sostenibilidad ecológica … que todos compartimos y que empresas y administraciones debe hacer suyos en su práctica cotidiana.

Visto el éxito de la sesión, el equipo organizador (GRIDET) está  abierto a seguir difundiendo por las comarcas, iniciativas integrales  de desarrollo, además de la IV Jornada de Desarrollo Local, de diciembre que este año llevará por lema «Cultura y Participación para el Desarrollo».

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