Published On: abril 15, 2013

Valoraciones técnicas y repercusiones territoriales sobre el ejercicio profesional del desarrollo local

Os presentamos una breve introducción resumen , cedida por los profesores Calvo y Puche para nuestra Web, de su publicación titulada:

Valoraciones técnicas y repercusiones territoriales sobre el ejercicio profesional del desarrollo local.Presente y futuro. Ed. Germanía- (2012)

Autores: Antonio Martínez-Puche y Ricard Calvo (coord.)

Un Agente de Desarrollo Local (ADL), es aquella persona seleccionada por la Administración para impulsar el Desarrollo Local de una determinada zona objetivo, empresa que ha de conseguir implicando a todos los agentes sociales, políticos, económicos, etc., convergentes en esta zona y actuando como agente intermediario entre todos éstos. El ADL es la figura que, “después de haber hecho los estudios pertinentes, pondrá delante de los ojos de la sociedad las debilidades, amenazas, fortalezas y oportunidades que afectan a esta zona; de esta forma todos los agentes sociales que intervienen coincidirán en la necesidad de actuar en una determinada dirección para remediar la situación de partida. Por tanto, el ADL, es una figura de intermediación, promoción y coordinación del proceso de desarrollo; ha de escuchar y apoyar todas las opiniones, ha de saber aprender a ser sensible a las diferentes problemáticas existentes, habrá de tener una gran capacidad de negociación y utilizar toda su inteligencia para canalizar el proceso de desarrollo de forma adecuada.» NOFUENTES MOLINA, C. (1997)[1].

El desarrollo territorial, como práctica, supone una acción que entronca, desde sus orígenes, con la teoría económica, la generación de empleo, el favorecimiento de las actividades económicas y el bienestar social. Además, supone la transformación del sistema productivo local, incrementando su eficiencia y competitividad, diversificando la economía local y dotándola de valor añadido. Todo ello favoreciendo, al mismo tiempo, la sostenibilidad ambiental en las actividades locales, gestionando todos los recursos endógenos que aparecen en un territorio, trascendiendo también a los meramente materiales (cultura local, identidad, know-how, etc.). Las transversalidad y la no vinculación disciplinaria del desarrollo local, como teoría y práctica, hace que se nutra de la experiencia y de “buenas prácticas”, para intentar sistematizar modelos de desarrollo, analizando también las repercusiones territoriales, sin resultar sencillo. En la actualidad, y dentro de la nueva generación de políticas de desarrollo endógeno, se establece la necesidad de complementar recursos y capitales, de inversión y conocimientos, con aportaciones exógenas. En efecto, es necesario que en los territorios se estimule el desarrollo endógeno, combinándolo con la atracción de recursos procedentes del exterior, estableciendo sinergias, entre lo exógeno y lo endógeno, y facilitando el establecimiento del trabajo en red.

El impulso del desarrollo económico con equidad social y sostenibilidad ambiental, obliga a un diseño mixto de políticas en el cual, junto a las medidas encaminadas al logro de los principales equilibrios macroeconómicos, se impulsen las potencialidades existentes en ese territorio a nivel microeconómico. Sin embargo, es difícil establecer una indagación teórica y sistémica homogénea, desde el momento en que el desarrollo local se convirtió en una estrategia política y económica, que ha ido definiendo su naturaleza conceptual en función de contextos territoriales concretos y sistemas productivos específicos. Así, el desarrollo local es un proceso de crecimiento y cambio estructural en el que la organización del sistema productivo, la red de relaciones entre los actores y las actividades, la dinámica de aprendizaje y el sistema sociocultural determinan los procesos de cambio. Pero todo ello con una clara dimensión territorial, en la que intervienen no sólo los procesos organizativos y tecnológicos. Cada localidad, cada comarca, cada región, e incluso Estado, es el resultado de una historia en que se han ido configurando los actores, el entorno económico y cultural, organizativo, de políticas de actuación y relaciones formales e informales.

Desde su aparición formal en 1986, el técnico profesional en desarrollo local, conocido de forma más común como AEDL, ha experimentado una evolución muy significativa desde la perspectiva funcional y formativa. Sin embargo, el mantenimiento del actual reparto de competencias en materia de empleo, la falta de concreción del perfil profesional, el actual sistema de acceso a la profesión, el escaso reconocimiento institucional y otros factores de naturaleza normativa, han colocado a este profesional en una compleja situación que requiere medidas que mejoren sus condiciones laborales, formativas y profesionales. En nuestra opinión, estas medidas se incardinan en una profunda revisión del mapa competencial español actual en materia de empleo y sobre todo en el ejercicio del desarrollo local como gestión integral del territorio. Además, se echa en falta, entre los colectivos de profesionales y técnicos, un reconocimiento de la profesión a nivel institucional (universidades, administraciones, etc.), que tan sólo se suple con cursos de formación reglada y no reglada, y titulaciones de postgrado oficiales que intentan cualificar al colectivo de profesionales, futuros y en activo, en materias de interés para la prácticas del desarrollo local, que superen la concepción clásica (gestores de subvenciones y facilitadores de empleo). Consciente de que la toma de decisiones en este ámbito está siendo muy lenta como medida de articulación funcional, se están llevando a cabo, por parte de algunas asociaciones profesionales, el establecimiento de redes, a nivel provincial, autonómico y nacional, que apoyen el trabajo de estos profesionales en beneficio de la calidad de los servicios públicos locales de promoción y diversificación económica, así como de la capacitación y gestión de recursos (locales y foráneos), de todo tipo (económicos, humanos y técnicos).

Es importante remarcar de entrada que el ejercicio y la aplicación del desarrollo local tiene perfiles diversos y actuaciones muy diferenciadas, como ya veremos, y eso determina también lo que conocemos como agencia y agente de desarrollo local y sus competencias, ya que en la mayoría de los casos, no queda definida su verdadera función. Esta, va a depender de las características del territorio, de las necesidades económicas, de la cualificación de su capital humano, de la mayor o menor capacidad de innovación y de captar recursos, entre otras muchas cosas. Así, la figura del técnico en desarrollo local, y por extensión de las agencias de desarrollo local, pueden recibir nombres y acometer funciones diversas, también dependiendo de la capacidad que tenga el municipio para dotar de personal cualificado esas Agencias de Desarrollo y Fomento para el ejercicio del Desarrollo Local. Las competencias a asumir por estos profesionales, pueden verse reducidas en función de las propias capacidades del municipio o entidad administrativa o local (comarca, mancomunidad, consorcio), donde desarrollen su trabajo. Así, podríamos establecer una asociación de ideas, asimilando el binomio Agente de Desarrollo Local-Territorio, al de Médico-Paciente. Al igual que cada paciente y enfermedad presenta un diagnóstico y tratamiento diferenciado, los territorios, después de ser diagnosticados, deben ser gestionados de manera diferenciada con el fin de superar sus hapdicaps y debilidades más perentorias. De ahí que en algunos territorios, sobre todo del mundo rural, los agentes de desarrollo local, sean como los médicos de familia, y tengan que ser un “todo terreno”, muy limitado en medios y recursos. Por el contrario en otros lugares,  con más recursos y posibilidades de acción, los técnicos del desarrollo local, se ocupan de manera especializada del fomento del empleo, tramitación de subvenciones, gestión  de actividades comerciales, etc. En este último caso, quizás, el ejercicio del desarrollo local se ha simplificado, y haya adquirido un sesgo muy economicista y mecánico ayudado por la aplicación de normativas que han determinado el perfil profesional de los técnicos en desarrollo local. Quizás a estas alturas, y siguiendo con el símil de médico-territorio, habría que cualificar y atender a instrumentos homeopáticos para recuperar la verdadera esencia y papel del técnico en desarrollo local (revalorizar las potencialidades endógenas del territorio, desde el compromiso y el saber hacer).

En un momento como el actual en el que se cumplen más de 25 años de funcionamiento del modelo de desarrollo desde lo local, son puestos en tela de juicio (tanto estructural como coyunturalmente) los  Agentes de Empleo y Desarrollo Local (AEDL), donde su figura central se enfrenta a un  futuro marcado por la incertidumbre. En este contexto nos proponemos elaborar la presente publicación colectiva en la que queden recogidas distintas valoraciones técnicas (visiones de expertos en desarrollo local) sobre el futuro de este colectivo, así como las dimensiones y repercusiones de su ejercicio profesional en el territorio. Perspectivas en las que confluyen la visión académica –teórica- con la operativa –aplicada o práctica-, que permitan aflorar aquellos factores clave de dicho futuro, así como las resistencias que se habrán de superar al respecto. Y más si cabe en el ámbito de la Comunidad Valenciana, donde la reciente publicación de la Orden 62/2012, de 28 de septiembre, de la Conselleria de Educación, Formación y Empleo, por la que se convocan las subvenciones destinadas a financiar la prórroga de subvención para la contratación de agentes de Empleo y Desarrollo Local en el ejercicio 2012. En la misma, se propone destinar por parte del SERVEF (Servicio Valenciano de Empleo y Formación), unos cinco millones de euros para subvencionar, sólo al 50%, a 358 AEDLs en la Comunidad Valenciana (216 de ayuntamientos de la provincia de Valencia, 78 en la provincia de Alicante y 64 para de Castellón). Estos agentes, “dependientes de los ayuntamientos, se convertirán en agentes municipales del SERVEF y realizarán acciones de intermediación laboral en sus respectivos territorios para apoyar las actuaciones y proyectos de la Generalitat en políticas activas de empleo”.

De ahí la oportunidad de la presente obra colectiva Valoraciones técnicas y repercusiones territoriales sobre el ejercicio profesional del desarrollo local. Presente y futuro, que aborda desde una perspectiva interdisciplinar y holística, aspectos vinculados al desarrollo local y sus sinergias territoriales, intentando concebir dimensiones como la académica, comunitaria, operativa, cooperativa, normativa, socioeconómica, representativa y asociativa, instrumental, social, estratégica y territorial, entre otras.

La obra se divide en dos grandes bloques. El primero es el que versa sobre los contextos socioeconómicos, sinergias territoriales y prácticas profesionales en la dimensión académica, técnica y corporativa del desarrollo local, que nos habla sobre Europa, la globalización, el papel del territorio y su carácter diverso y proactivo, y que nos lleva a una visión y revisión del ejercicio profesional del desarrollo local, como un instrumento muy consolidado para favorecer la cooperación, la economía social, estrategias de futuro, y la catalización de subvenciones públicas. Todo ello para favorecer respuestas eficientes y eficaces a los problemas más acuciantes y perentorios a los que se enfrentan muchas de las corporaciones locales y entidades supralocales de nuestro Estado. Y todo ello sin olvidar el componente humano del profesional que ejerce como técnico en desarrollo local y que debe presentar unas aptitudes, no reguladas por la norma, pero sobre todo unas actitudes, sí obligadas por el entorno y el contexto territorial, a la hora de desarrollar acciones integrales, que no deben obviar la implicación, el compromiso, el aprendizaje colectivo, y el fomento de actividades que incurran en el medio y largo plazo. Todo eso ahora en un contexto de recortes y desconocimiento sobre el verdadero “saber hacer” de los agentes de desarrollo local, se hace muy difícil.

La segunda parte de este libro, trata de la evolución y evaluación del papel del desarrollo local y la gestión de las políticas públicas en el ámbito de la comunidad valenciana: análisis de experiencias, políticas activas de empleo,  escenarios y propuestas de futuro. Se analiza en un DAFO, todos aquellos aspectos que refuerzan y debilitan la figura y las acciones de los técnicos en desarrollo local en el ámbito de la Comunidad Valenciana. Han sido más de 25 años de profesionales, y da la impresión que algo ha fallado cuando a día de hoy ni la sociedad, ni muchas instancias municipales y empresariales, saben del “know how” que los agentes de desarrollo local han aportado a su trabajo durante tres décadas. El papel que han tenido instituciones y entidades públicas como las Universidades, el SERVEF, Ayuntamientos, en el desarrollo de acciones y medidas relacionadas con el desarrollo local, también son notables. Destacan las políticas activas de empleo del SERVEF, el programa de agentes de desarrollo rural coordinado por la extensión universitaria de la Universitat Jaume I de Castellón, las iniciativas comunitarias LEADER, y el papel de ayuntamientos y asociaciones profesionales, como en caso de ADLYPSE, donde los agentes de desarrollo local han encontrado un espacio de encuentro, reflexión y proposición al amparo del ejercicio aplicado del desarrollo local.

Por parte de los coordinadores de esta obra, no tenemos más que agradecer el esfuerzo y las magníficas contribuciones de los autores/as de los diferentes capítulos, que desde sus diversos contextos territoriales y ámbitos de trabajo (universitario y profesionales en activo), han enriquecido los enfoques, tratamiento, reflexiones y análisis de lo que supone el desarrollo local integrado. Sin obviar el propio prólogo que ya marca la función que el desarrollo local, como práctica socioeconómica, puede tener en los contextos y escenarios de crisis actual.

Deseamos que esta obra sea del agrado de los profesionales, y también de los académicos y políticos, aunque la intención fue hacer aportaciones, que desde la experiencia y disciplinas de cada uno de los autores, se pudiera conformar un variado puzle de visiones y análisis, sobre la temática que nos ocupa. El objetivo ha sido valorizar las funciones del colectivo profesional de técnicos en desarrollo local, evidenciar las carencias y frustraciones profesionales, remarcar los logros,  contextualizar conceptos y preceptos y en definitiva propiciar un marco de reflexión y proposición, que bien desde la teoría y la práctica, evidencia la necesidad de conjugar  tres ejes: investigación de base, la acción en el territorio y la participación proactiva del capital social.

Antonio Martínez Puche y Ricard Calvo Palomares
Coordinadores

portada M Puche Calvo 2012


[1] NOFUENTES MOLINA, C. (1997): Empleo en la comarca. Prolegómenos de desarrollo local para una propuesta integral de empleo, Diputación provincial de Alicante, Alicante, 126 p.

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